La instalación de un suelo radiante es un proceso que requiere atención a varios detalles para asegurar su eficiencia y funcionalidad. A continuación, se describen las fases principales de este proceso:
- Preparación del terreno: antes de comenzar la instalación, es fundamental limpiar y nivelar el suelo. Esto asegura que la superficie esté adecuada para la colocación de los paneles aislantes y el sistema de calefacción.
- Instalación de aislamiento: se deben colocar paneles aislantes sobre el suelo preparado. Estos paneles son cruciales para evitar la pérdida de calor hacia el suelo y mejorar la eficiencia del sistema.
- Instalación de las tuberías: se colocan tuberías de polietileno o multicapa sobre el aislamiento, configuradas en forma de espiral o serpentina para asegurar una distribución homogénea del calor.
- Instalación del mortero: una vez que las tuberías están en su lugar, se vierte un mortero de cemento sobre ellas. Este mortero ayuda a proteger las tuberías y a distribuir el calor de manera uniforme.
- Conexión al sistema de calefacción: finalmente, se conecta el sistema de tuberías al calentador o caldera. Es esencial verificar que todas las conexiones sean seguras y que el sistema esté correctamente configurado para funcionar.
- Pruebas de estanqueidad: antes de cubrir las tuberías, es fundamental realizar una prueba de presión para verificar que no haya fugas y que la temperatura se distribuya de manera uniforme en toda la superficie del suelo. Esto garantiza la durabilidad y seguridad del sistema.
La aerotermia con suelo radiante es ideal para quienes buscan una climatización eficiente y sostenible, ya que permite un calor agradable y uniforme en todo el hogar con un bajo consumo de energía.