La instalación de un suelo radiante es un proceso que requiere atención a varios detalles para asegurar su eficiencia y funcionalidad. A continuación, se describen las fases principales de este proceso: 

  1. Preparación del terreno: antes de comenzar la instalación, es fundamental limpiar y nivelar el suelo. Esto asegura que la superficie esté adecuada para la colocación de los paneles aislantes y el sistema de calefacción.
  2. Instalación de aislamiento: se deben colocar paneles aislantes sobre el suelo preparado. Estos paneles son cruciales para evitar la pérdida de calor hacia el suelo y mejorar la eficiencia del sistema.
  3. Instalación de las tuberías: se colocan tuberías de polietileno o multicapa sobre el aislamiento, configuradas en forma de espiral o serpentina para asegurar una distribución homogénea del calor.
  4. Instalación del mortero: una vez que las tuberías están en su lugar, se vierte un mortero de cemento sobre ellas. Este mortero ayuda a proteger las tuberías y a distribuir el calor de manera uniforme.
  5. Conexión al sistema de calefacción: finalmente, se conecta el sistema de tuberías al calentador o caldera. Es esencial verificar que todas las conexiones sean seguras y que el sistema esté correctamente configurado para funcionar.
  6. Pruebas de estanqueidad: antes de cubrir las tuberías, es fundamental realizar una prueba de presión para verificar que no haya fugas y que la temperatura se distribuya de manera uniforme en toda la superficie del suelo. Esto garantiza la durabilidad y seguridad del sistema.
Trabajador instalando un sistema de calefacción por suelo radiante con tuberías PEX en una vivienda en construcción.

La aerotermia con suelo radiante es ideal para quienes buscan una climatización eficiente y sostenible, ya que permite un calor agradable y uniforme en todo el hogar con un bajo consumo de energía. 

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